Luego de darse a conocer los resultados de las elecciones en Venezuela el oficialismo de Maduro y su sequito consiguieron reafirmarse en el poder a través de las urnas, algo ya previsto en el ámbito político latinoamericano y local venezolano.
Maduro cuenta con el dominio absoluto en el manejo de todas las ramas del poder público, incluyendo por supuesto el aparato electoral. Y eso fue lo que se vio el domingo de elecciones, cuando el oficialismo se apodero de 17 de las 23 gobernaciones del país suramericano.
Sin embargo, las dudas florecen acerca de este resultado “amañado” en las instituciones internacionales como la OEA, encabezada por un acérrimo opositor a Maduro, el argentino Almagro.
Pero, al margen de este resultado ya pronosticado, debido a la manipulación evidente de los instrumentos electorales manejados desde el palacio presidencial, previamente se notaron facturas y posiciones diferentes entre algunos miembros opositores al gobierno de Maduro.
Antes de estos comicios, y con la antesala de unos meses copiosos de protestas en las calles con numerosos muertos debido a estas manifestaciones en toda Venezuela, las encuestadoras y analistas políticos daban por seguro una victoria de la oposición en 18 o 20 gobernaciones. De acuerdo a la firma Datanalisis en la voz de su presidente Luis León la oposición barrería en los comicios. Al final de la tarde del día de elecciones y ya con los resultados anunciados estos vaticinios fueron pulverizados, la oposición había sido derrotada.
Si, derrotada por la desunión de sus cabezas visibles en afirmaciones contradictorias. Un ejemplo: María Corina Machado criticó en declaraciones a los medios de comunicación la decisión de la MUD de participar. Según ella, estas elecciones ordenadas por el gobierno tenían como objetivo cesar las manifestaciones, descuadernar la presión internacional y continuar con la dictadura.
Por otro lado, de acuerdo al dirigente de Causa Radical Andrés Velásquez el MUD en un proceso de consulta previo inscribiría candidatos para las elecciones regionales. Señaló este dirigente que no participar en las elecciones sería una forma de «convalidar y fortalecer la dictadura».
En ese sentido, de acuerdo a declaraciones de Luis León «La oposición se fracturó entre moderados y radicales y eso explica en parte la pérdida de potencia en algunos estados, que a pesar de tener un perfil opositor, terminaron en manos del oficialismo».
No se explica porque en el estado de Miranda, un territorio dominado por el opositor Henrique Capriles, el oficialismo haya ganado rotundamente.
Gano Maduro y su sequito de tramposos acomodados en un poder que no les pertenece, pero ojo oposición que la unidad en ejercer el derecho al voto es tan importante como las marchas, como las protestas en las calles. El índice de participación y abstención fue notorio y si eso lo aplicamos a las hordas opositoras pudieron contribuir a la debacle electoral de las fuerzas opositoras.
Finalmente, la sensación en general es que las irregularidades en estos comicios fueron numerosas como el traslado de centros de votación a última hora que habrían impedido el voto de ciudadanos oportunamente.
El poder político y económico de Maduro y sus secuaces facilitaron su victoria, frente a los pocos recursos de las fuerzas antagónicas a ese gobierno dictador que maneja a Venezuela como si fuera una propiedad privada de unos pocos y no de todos los venezolanos sumidos hoy, en su gran mayoría, en la pobreza y desesperanza.